La bella Ópera
lunes, 8 de abril de 2019
sábado, 30 de marzo de 2019
La traviata de Giuseppe Verdi por la voz de Maria callas: «Hay dos personas dentro de mí. Me gustaría ser Maria, pero está la Callas, de quien debo estar a la altura, así que intento lidiar con ambas como buenamente puedo», comenta la soprano.
Es una ópera en tres actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Francesco Maria Piave, basado en la novela de Alexandre Dumas (hijo) La dame aux camélias (1852), aunque no directamente sino a través de una adaptación teatral. Titulada en principio Violetta —nombre del personaje principal—, al parecer está basada en la vida de una cortesana parisiense, Alphonsine Plessis.
Piave y Verdi querían seguir a Dumas dándole a la ópera una ambientación contemporánea, pero las autoridades de La Fenice insistieron en que se ambientara en el pasado, «hacia 1700». No fue hasta la década de 1880 que se respetaron los deseos originales del compositor y del libretista y se representaron producciones «realistas».
Se estrenó, sin éxito, en el teatro La Fenice de Venecia el 6 de marzo de 1853. El público se burló de la representación varias veces, y dirigió sus burlas a la soprano Fanny Salvini-Donatelli, que interpretaba a Violetta. Salvini-Donatelli, aunque una cantante aclamada, fue considerada demasiado vieja (a los 38), y además tenía sobrepeso, de manera que no encajaba con el papel dramático de Violetta Valéry, quien muere de tuberculosis. Verdi había intentado convencer al gerente de La Fenice para dar el papel a una mujer joven, pero no lo consiguió.
Maria Callas, 1974, tres años antes de que la muerte la sorprendiera en su domicilio de París, donde se hallaba prácticamente recluida desde hacía una década, sintiéndose rechazada por el mundo: «Hay dos personas dentro de mí. Me gustaría ser Maria, pero está la Callas, de quien debo estar a la altura, así que intento lidiar con ambas como buenamente puedo», comenta la soprano.
La muerte sorprende a Callas el 16 de septiembre de 1977, cuando aún alberga la esperanza de reaparecer. En su funeral se escucha el preludio del tercer acto de la «Traviata»
martes, 11 de octubre de 2016
sábado, 8 de octubre de 2016
Jonas Kaufmann, presencia escénica rara en la ópera
También Mozart ayudó a Jonas Kaufmann (1969) a hacerse conocido en el año 2003 y en este caso no hubo malos pasos ni tropiezos que impidieran que el tenor bávaro conquistara la escena mundial. Para ello, pasarían 10 años, los suficientes para decir que Kaufmann es el primer cantante alemán global, el hombre que sucedió a generaciones de italianos, españoles y suecos (es decir, Pavarotti, Di Stefano, Domingo, Carreras, Björling o Gedda, entre muchos) en la hegemonía de la lírica. Kaufmann, además, tiene un arma que ninguno de sus antecesores manejó, a excepción tal vez del italiano Franco Corelli: una apostura física y presencia escénica rara en la ópera.
Quizá es Kaufmann el mejor tenor que aparece en Alemania desde los tiempos de Wunderlich. Ha habido cantantes germanos de mérito y figuras sobresalientes en la familia de los heldentenoren, pero Kaufmann es una suerte de personalidad insaciable y de “tenista” que juega igual de bien en todas las superficies. Tanto por las aptitudes teatrales como por la versatilidad, que nunca ha descuidado la sensatez ni el instinto artístico. De hecho, su consagración internacional como tenor imprescindible se remonta a apenas seis o siete temporadas. Ha tenido paciencia. Ha perseverado en los papeles secundarios. Y ha sabido aprovechar las oportunidades. Desde la sorpresa en el Covent Garden (La rondine) hasta su impecable Alfredo neoyorquino y su espléndido Werther de París.
Unos y otros papeles sobreentendían que Kaufmann era un tenor lírico puro, aunque su competencia en Carmen y sus primeras incursiones wagnerianas implicaron una apertura hacia el repertorio de riesgo. Puede avanzarse, pero ya no se puede retroceder. La prueba está en que el tenor bávaro ha tuteado enciclopédicamente el catálogo verdiano -Trovatore, Don Carlo-, acaba de probarse como protagonista de La fanciulla del West (Puccini), se ha convertido en el Lohengrin del siglo XXI y tiene entre sus planes acometer el papel sagrado, absoluto de Otello.
viernes, 8 de abril de 2016
Madama Butterfly llega a Madrid por amor. La fábula romántica más dramática de la ópera
El oficial Pinkerton llega a Nagasaki en misión de la marina estadounidense. Allí le presentan a la joven Cio-Cio-San (Butterfly), que se enamora perdidamente de él. Pero Pinkerton regresa a su país, dejando abandonada a la joven geisha, que está esperando un hijo. Butterfly siempre espera el regreso del marino. Cuando este finalmente vuelve, lo hace acompañado por su esposa norteamericana. Butterfly, pensando en el futuro de su hijo, toma una drástica determinación...
Giacomo Puccini estrenó esta ópera romántica en La Scala de Milán el año 1904. En los años siguientes se presentó en todo el mundo, llegando a Madrid en 1907. Arias como Vieni la será o Un bel di vedremo se hicieron rápidamente populares y Madama Butterfly se convirtió en prototipo de heroína romántica capaz de morir por amor.
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lunes, 30 de noviembre de 2015
Antecedentes históricos de la Opera
La historia de la opera se corresponde al movimiento barroco, tuvo sus antecentes en diversas formas de representación que provenían del medievo y el renacimiento. Así, entre los antecedentes de la ópera, pueden citarse los dramas litúrgicos que surgieron a mediados del siglo IV, en los oficios religiosos. Con el objeto de fortalecer la fe, se exhibían alegorías en donde los monjes representaban historias sagradas. Más tarde, estas manifestaciones dramáticas pasaron a representarse en los atrios de la Iglesias. Estas representaciones denominadas "Misterios" abandonaron el latín para utilizar las lenguas vernáculas e incorporaban a la puesta coros y música instrumental.
Y entre las vertientes profanas, deberíamos mencionar a los "Juegos", que eran representaciones con algún margen de improvisación que, incluyen partes cantadas y otras habladas, abordada temas sentimentales, satíricos, bufonescos e incluso cómicos. Una obra emblemática de este género fue le "juego de Robin y Marion" de Adam de la Halle en el siglo XIII. También fueron un antecede las "mascaradas" espectáculo basado en el enredo en el cual intervenía la música y la danza; y los "entremeses" que eran pantomimas que solían representarse en los banquetes de los señores, en los intervalos que mediaban entre plato y para disfrute de la concurrencia.
lunes, 23 de noviembre de 2015
El Teatro la Fenice
La Fenice (el fénix) es un teatro de la ciudad de Venecia (Italia), considerado uno de los teatros de ópera más famosos por haberse estrenado en él muchas de las óperas italianas más conocidas. Inaugurado en 1792, tras dos incendios en 1836 y 1996, continúa en activo desde 2003.
En 1774, el Teatro San Benedetto, el teatro de ópera más importante de Venecia con más de cuarenta años de historia, fue destruido por un incendio. Poco después de su reconstrucción surgió una disputa legal entre la compañía que lo administraba y los propietarios, la familia Venier. La disputa fue ganada por la familia, por lo que la compañía decidió construir por su cuenta un nuevo teatro en el Campo San Fantin.Las obras se iniciaron en junio de 1790, y terminaron en mayo de 1792. El nuevo teatro fue nombrado La Fenice para honrar el resurgimiento de la compañía, primero de sus cenizas, y luego de su mudanza. La Fenice se inauguró el 16 de mayo de 1792 con una ópera de Giovann Paisiello llamada I Giochi di Agrigento.
Ya a comienzos del siglo XIX la reputación europea de La Fenice era alta. Gioacchino Rossini produjo allí dos óperas, Vincenzo Bellin estrenó otras dos y Gaetano Donizetti regresaba triunfal a Venecia luego de diecisiete años en Milán y Nápoles.
En diciembre de 1836 un nuevo desastre se ensañó contra el teatro. El fuego lo consumió nuevamente y tuvo que ser reconstruido rápidamente, reabriendo sus puertas el 26 de diciembre de 1837.
En 1844 se inició la colaboración de Giuseppe Verdi con el teatro, con una producción de Ernani durante la temporada de carnaval. Luego se sucedieron los estrenos de Attila, Rigoletto, La Traviata y Simón Boccanegra.
Durante la Primera Guerra Mundial, La Fenice fue cerrada y cuando reinició sus actividades lo hizo con muchas producciones, y atrayendo a grandes cantantes y directores del mundo. En 1930 la Bienal de Venecia iniciaba el primer Festival Internacional de Música Contemporánea, en el que se presentaron compositores como Ígor Stravinski y Benjamin Britten. En ediciones posteriores de este festival se han presentado también Luciano Berio, Luigi Nono y Sylvano Bussotti.
El 29 de enero de 1996 otro incendio destruyó completamente el teatro. Se descubrió que el incendio fue provocado y un juzgado de Venecia encontró culpables a dos electricistas (Enrico Carella y Massimiliano Marchetti) que tenían problemas contractuales con la compañía. Los trabajos de reconstrucción se iniciaron en 2001 y culminaron con la reapertura del teatro el 14 de diciembre de 2003, con un concierto inaugural con obras de Beethoven, Wagner y Stravinski. La reconstrucción estuvo a cargo del arquitecto Aldo Rossi quien respetó el estilo original del siglo XIX. Algunas personas criticaron que se haya perdido la oportunidad para construir un nuevo teatro.
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